febrero 18, 2006

Primeros acuerdos en El Tigre II

A cambio del apoyo de los vecinos del fraccionamiento para regular sus terrenos y urbanizar la zona, el Ayuntamiento de Zapopan.

El ayuntamiento de Zapopan y los colonos del fraccionamiento El Tigre II dieron el primer paso en un largo camino de acuerdos para urbanizar la zona sin dañar el bosque de El Nixticuil. Este domingo, ambas partes pactaron que habrá servicios básicos para la colonia, que el bosque será declarado Parque Municipal Protegido y que un comité de vecinos vigilará que los futuros planes de urbanización en la zona se hagan de acuerdo al Plan de Manejo de Área Protegida.

Estos resolutivos se obtuvieron al final de una larga asamblea de colonos en la que las diferencias de criterios entre grupos de vecinos hicieron ríspido el trabajo. Unos decían que a la asamblea podían entrar otros grupos implicados en el problema, como los vecinos de Nextipac que serán reubicados en la zona; otros decían que el problema sólo incumbía a los colonos de El Tigre II.

Pero las diferencias básicas estaban entre dos grupos, que en su momento tomaron el micrófono. Unos decían: “Todos tenemos las fosas [sépticas] hasta el tope. Primero que nos den la obra, luego lo demás [el bosque]”; “Hay que negociar. Pueden pasar 30 años y no se hace nada”. Otro grupo difería: “Todos queremos servicios, pero sin condiciones. Es obligación del gobierno, todos pagamos impuestos”; “Hay que proteger el bosque”.

El director general de Asesoría de Zapopan, José Luis Cuellar, hizo la oferta del ayuntamiento, leyendo un documento en el que cambiaba la palabra “acuerdo” por “pliego de peticiones”. Mañas de negociador. El ayuntamiento proponía a los vecinos construir una red de drenaje, agua potable, banquetas y calles empedradas a cargo del presupuesto municipal. A cambio, los colonos se comprometían a hacer los trámites de regularización de sus tierras. Además, prometía declarar área natural protegida, bajo la modalidad de parque municipal, 35 hectáreas de bosque, y vigilar que las constructoras que hagan las obra de urbanización trasplanten, poden y reforesten los árboles.

Los vecinos respondieron que estaban de acuerdo con la propuesta, pero pidieron detalles concretos. ¿Drenaje conectado a la red del SIAPA o planta de tratamiento de aguas? ¿Cuál será el “precio símbólico” que pagarán los colonos por regularizar sus propiedades? ¿Cuáles 35 hectáreas serán el área protegida? ¿En qué condiciones se va a hacer el Plan de Manejo del Área Protegida? ¿Cuándo inician las obras?

Esto abrió otros puntos polémicos: la reubicación de los vecinos de Nextipac a un predio contiguo y la construcción de un asilo para ancianos en la zona. Uriel Álvarez, representante de los ejidatarios de Nextipac, dijo tajante: “Nadie ha aceptado la reubicación”. Cuéllar respondió que nadie será reubicado a la fuerza y comentó que no tiene caso hacer los pies de casa para ellos si nadie va a moverse.

Sobre la construcción del asilo de la congregación coreana de los Hermanos de Cristo, dijo que aún no es seguro que se haga, a pesar de que el cardenal Juan Sandoval Iñiguez bendecirá los terrenos mañana. “El proyecto estará sujeto al plan de manejo de área protegida”, prometió.

Una comisión de cinco vecinos dará seguimiento a los primeros acuerdos. En la concreción de las promesas se juega el largo camino de negociación. Al final, uno de los vecinos le dijo al otro grupo: “Si no hubiéramos presionado por el bosque, no nos hubieran ofrecido nada”, Cuellar le dio la razón: “El gobierno hizo mal en no venir antes a dialogar con ustedes”.

Publicado por Grupo MILENIO/Septiembre 12, 2005 /José Miguel Tomasena, Guadalajara