febrero 18, 2006

Matan un bosque con la anuencia de autoridades

Con el pretexto de construir casas para los afectados por las grietas en Nextipac arrasan con pinos y robles de El Tigre II.

La construcción de viviendas está acabando con cientos de árboles, un extenso bosque de pinos y robles. Es Zapopan, en la colonia El Tigre II, donde los árboles están desapareciendo ante la mirada complaciente de las autoridades municipales y estatales y sólo un grupo de voces en contra: algunos vecinos.

El Tigre II es la colonia que el Ayuntamiento de Zapopan dispuso para que vivan los habitantes de Nextipac, los que tienen que dejar sus casas ante el riesgo de que aparezcan nuevas grietas. Para la autoridad municipal, el terreno ubicado atrás del hospital Ángel Leaño, cercano a la avenida Tesistán, es el lugar idóneo para que viva la población de Nextipac.

Sin embargo, el terreno elegido por el ayuntamiento es un bosque, en el que robles y pinos conviven y ofrecen a la población del lugar calidad en el aire y hasta un aroma diferente. El olor de las especies comienza a desaparecer: los árboles están muriendo, el terreno de construcción avanza.

La constructora encargada de la adecuación al terreno en la zona tumbó árboles sin autorización del municipio. De acuerdo con la Dirección de Parques y Jardines, fueron alrededor de 60 especies las que podó la empresa de construcción sin el método correcto y provocó su muerte. Esto les provocó una sanción: la constructora está obligada a sembrar árboles. ¿Dónde? ¿De qué especie? ¿Cómo? Nadie lo sabe, no existe un área que supervise el cumplimiento del castigo.

Sin embargo, los vecinos del lugar aseguran que casi fueron mil especies las que desaparecieron, y de las cuales la constructora se encargó de no dejar huella.

“Los cortaban en la madrugada y la policía los cuidaba de que nadie los viera. Después trituraban la madera, para no dejar la evidencia del tronco cortado y se lo llevaban. Así ya llevan mucho tiempo”, explicó don Jorge, vecino del lugar. Mientras ocurre la entrevista, una patrulla de la Policía de Zapopan observa de cerca el trabajo del fotógrafo y no se aleja del lugar.

Hace quince días, los colonos del lugar suspendieron la construcción que llevaba a cabo la empresa, atribuyendo la falta de información y la celeridad en la poda de árboles sin el cuidado para trasplantarlos en otro lugar.

La autoridad de Parques y Jardines en Zapopan informó que cada uno de los árboles extraídos del suelo de El Tigre II sería trasplantado.

Sin embargo, en la zona no se observa ningún árbol recién plantado. La imagen sólo es de árboles mal cortados, especies sin ramas y robles tirados en el suelo secándose. En el lugar es obvio que ninguna autoridad forestal lo ha visitado, y si lo ha hecho, no ha sido público y ni los vecinos del lugar se han dado cuenta.

Hoy, los vecinos de El Tigre II recibirán en su colonia a las autoridades del municipio y representantes del Partido Verde Ecologista en Zapopan. Ellos creen que el ayuntamiento insistirá en el mismo tema: “Nos van a condicionar la introducción de servicios, a cambio de que dejemos trabajar a la constructora”, apuntó Roberto, otro de los colonos del lugar.

Existe desinformación. Además de las viviendas que se construirán para los habitantes de Nextipac (quienes no han aceptado irse a El Tigre II), en la zona también se pretende la instalación de un coto privado. Por ello, la extensión del predio se alarga constantemente y con esto, la muerte de los árboles.

El consenso ya es general: los habitantes de El Tigre II quieren servicios públicos, pero no a cambio de la muerte del bosque con el que conviven, pero que están viendo morir.

Publicado en : Grupo MILENIO/Julio 9, 2005 por Dolores Reséndiz Mora