250 robles en El Tigre II morirán
Los árboles no sobrevivirán su trasplante, reconoció el ayuntamiento.
El director de Ecología de Zapopan, Carlos Javier de Alba Góngora, reconoció que alrededor de 250 robles que se retirarán del bosque de Nixticuil en el fraccionamiento Tigre II, no sobrevivirán al traslado a otro lugar. El encargado de la supervisión ambiental en el municipio dijo que más de la mitad de los 398 árboles que tienen que ser trasplantados en otro lugar para dar paso a la construcción de viviendas, no tienen posibilidades de continuar con vida en un suelo nuevo.
El Ayuntamiento de Zapopan entregó cinco hectáreas de la colonia El Tigre II para que el gobierno del estado construya los pies de casa donde vivirán los colonos de Nextipac afectados por la grietas que se abrieron en ese lugar. Sin embargo, dicho terreno forma parte del bosque de Nixticuil y sólo en esa parte existen 398 árboles, de acuerdo con el inventario de la Dirección de Ecología de Zapopan.
También con datos del municipio, se sabe que 32 de esos robles ya no existen: 20 fueron talados por la constructora, sin dejar posibilidad de que sean trasplantados, y doce ya estaban muertos.
El funcionario únicamente reconoce que “no es correcto” permitir la muerte de árboles; aunque en un intento por minimizar el hecho, presume que el programa de reforestación municipal durante este año contempla la plantación de 400 mil ejemplares.
Además, añade que el bosque de Nixticuil se compone de 34 hectáreas, por lo que quitarle cinco de ellas no es tan grave. “Es un pequeño porcentaje del bosque que traerá impactos favorables a la población”, indicó De Alba Góngora al referirse a la construcción de viviendas para los habitantes de Nextipac.
Actualmente, las obras están suspendidas ante la voz vecinal en contra del retiro de árboles. La Procuraduría Federal de Protección al Medio Ambiente (Profepa) abrió un expediente después de la denuncia, también vecinal, de la tala de árboles de parte de la constructora.
La Dirección de Parques y Jardines del Ayuntamiento de Zapopan sancionó a la compañía constructora. ¿Su castigo? Plantar diez árboles por cada roble que podó sin conocimiento y sin recibir autorización del municipio.
En el lugar trabajaron dos constructoras: la encargada de la urbanización se llama Calario y la empresa asignada para la edificación de los pies de casa es Terram. Ambas fueron contratadas por la Secretaría de Desarrollo Urbano, aunque actualmente ninguna trabaja y no hay una fecha para reanudar las obras.
Publicado por Grupo MILENIO/Julio 14, 2005 / Dolores Reséndiz Mora
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